Un separador alimentario (diaphragm isolator) protege el sensor de presión de fluidos agresivos, viscosos o con partículas, asegurando una medición continua y precisa de la presión.
El fluido del proceso nunca toca directamente el sensor: actúa sobre un diafragma, que transmite la presión mediante un fluido de transmisión seguro para alimentos.
Diafragma de separación:
Fabricado con materiales inertes y conformes a normas alimentarias (acero inoxidable AISI 316L, PTFE, Hastelloy…).
Separa el fluido de proceso del sensor, evitando contaminación.
Cámara de transmisión:
Rellena con fluido de transmisión neutro e higiénico.
Transmite la presión del diafragma de forma lineal y fiable al sensor.
Sensor de presión:
Puede ser de acero inoxidable, cerámica u otros materiales adecuados.
Convierte la presión transmitida en una señal eléctrica para un monitoreo continuo.
Higiénico y conforme a normas alimentarias (FDA, EHEDG).
Protege el sensor contra corrosión, obstrucciones y fluidos abrasivos.
Permite la medición continua de presión en procesos complejos.
Compatible con CIP/SIP (limpieza y esterilización en línea).
Adecuado para fluidos viscosos, pastosos o con partículas.
Ligeramente más complejo que un sensor directo → coste más elevado.
Requiere mantenimiento regular del fluido de transmisión para garantizar precisión.
Industria alimentaria: salsas, purés, leche, jugos, cerveza, productos lácteos.
Farmacéutica: geles, jarabes, suspensiones estériles.
Biotecnología y química fina: fluidos sensibles o abrasivos.
Acuicultura: control continuo de presión en circuitos con partículas o materia orgánica.