La sonda de turbidez es compacta y está diseñada para la medición por inmersión en líquidos (depósitos, estanques, canales abiertos).
Convierte la turbidez óptica en una señal de salida, generalmente de 4–20 mA.
El sensor funciona según la norma DIN / EN ISO 7027, es decir, utiliza una luz infrarroja pulsada (860 nm) para la dispersión (90°) y la transmisión (180°) según los rangos de turbidez.
Gracias a la combinación de la luz transmitida y dispersada, la sonda es capaz de compensar automáticamente los efectos de la suciedad, el color del líquido o el envejecimiento óptico.
Ventajas y limitaciones
Ventajas:
Solución compacta sumergible, adecuada para muchas aplicaciones (plantas de tratamiento de aguas residuales, canales, depósitos)
Buena precisión en los rangos habituales de turbidez
Compensación automática de la contaminación óptica
Versatilidad con rangos de medición ajustables
Limitaciones:
Más allá de los rangos especificados, la exactitud puede disminuir considerablemente
Para turbideces muy altas o concentraciones sólidas muy elevadas, solo es posible la medición por transmisión — este modo tiene sus propias limitaciones (por ejemplo, sensibilidad a las variaciones de densidad)