La membrana sensible está colocada al ras de la superficie del sensor (sin cavidad en retroceso).
Cuando el fluido ejerce presión, la membrana se deforma.
Esta deformación se convierte en una señal eléctrica mediante tecnología piezorresistiva, capacitiva o piezoeléctrica, según el modelo.
Membrana aflorante (habitualmente de acero inoxidable, titanio o cerámica):
En contacto directo con el fluido.
Superficie lisa para evitar depósitos.
Elemento de medida:
Transforma la deformación de la membrana en una señal eléctrica proporcional a la presión.
Carcasa y conexión:
Diseñada para una fácil integración en tuberías o depósitos.
Salida eléctrica (cable o conector).
Ideal para fluidos viscosos, pastosos o con partículas (evita obstrucciones).
Fácil de limpiar (compatible con procesos de limpieza CIP/SIP).
Superficie higiénica → adecuada para las industrias alimentaria y farmacéutica.
Medición precisa incluso con fluidos pegajosos o abrasivos.
Puede ser más costoso que los sensores estándar.
La membrana, más expuesta, puede ser sensible a la abrasión o a golpes mecánicos.
Industria alimentaria: productos viscosos (purés, yogures, salsas).
Industria farmacéutica: fluidos estériles, geles, soluciones viscosas.
Industria química: lodos, adhesivos, resinas.
Acuicultura: control de presión y nivel de agua en estanques o circuitos con materia en suspensión.